Los orígenes de las actitudes sobreprotectoras de los padres para sus hijos son diversos, y van desde la proyección, pasando por la identificación, hasta la incapacidad para reflexionar sobre lo que es bueno para un ser humano.
Cuando hacemos algo por el otro, que el otro puede hacer, lo hacemos dependiente.
Cuando ayudamos al otro, casi siempre, no lo estamos ayudando. lo estamos sobreprotegiendo.
Ayudar debe ser mucho más una actitud de acompañamiento y no de resolver o hacer por el otro lo que éste es capaz.
He visto con mucha más frecuencia de lo que desaría, hijos a los que les han cortado las alas: les dieron todo, no les permitieron desarrollar tolerancia a la frustración. Los padres, para ser populares o queridos, o por mera ignorancia, no los dejaron sufrir ni un poquito.
Sólo crecemos a través del conflicto. Siempre, en todos los casos, es necesario el conflicto para el crecimiento. Una dosis de dolor ayuda mucho a fortalecer nuestra voluntad, nuestro carácter. Nos forja. Nos hace desarrollar nuestros talentos, nos hace reconocer nuestros talentos.
Duele ver jóvenes que ni estudian, ni trabajan. Duele mucho saber que en muchos casos es una consecuencia directa de unos padres que en el fondo no desean que sus hijos crezcan, porque quieren que se queden con ellos para siempre. Es un crimen limitar así una vida. Es cortarle las alas a un gorrión e impedirle volar.
Debemos ser más valientes y saber que a nuestros hijos, les debemos autoridad.
Si, es triste y una realidad de nuestros dias.
Creo que es debido a la sobreproteccion de los padres el mundo esta como esta. Deberia haber una educacion para los padres.
Georgina: Muuy de acuerdo contigo. Y sin embargo, lejos de una educación para los padres, parece que cada vez se piensa menos en la enorme responsabilidad que significa educar a un hijo!!. Gracias por comentar!! Rocio