Sincronicidad

«Cómo es adentro, es afuera» palabras que se atribuyen a Heráclito, el alquimista de origen griego, que permanecen vigentes y que encierran una gran verdad.

Para la psicología profunda, lo que ocurre dentro de mi se manifiesta en el exterior: ese es el concepto de la sincronicidad. La realidad exterior es la representación más exacta de lo que siento, de lo que pienso, de mi estado psíquico. Nada de lo que sucede afuera es una casualidad, más bien es una representación.

Y es interesante pensar, que al invertir la fórmula podemos mejorar situaciones internas mejorando nuestro exterior. «Cómo es afuera, es adentro»… es decir, cambiar nuestro mundo interno a través de llevar a cabo cambios en el exterior. Ejemplo: me siento confundida con respecto a un tema de mi trabajo: ordeno mi escritorio. Cuando estoy en esa tarea, vienen a mi mente ideas, pensamientos que iluminan, que ponderan, que desentrañan aquello que me ha generado la confusión.

El orden exterior puede ayudar mucho en el orden interior. Tener una agenda organizada, planear mis compromisos, decir que no a las demandas que me será imposible satisfacer… tomar en cuenta el tiempo de traslado de un lugar a otro y dejar un tiempo para imprevistos, todas estas acciones me generarán un día organizado y tranquilo: redundará en tranquilidad mental, es decir, salud y bienestar.

Todos sabemos las consecuencias, ya demostradas en el ámbito científico, de vivir una vida estresada y desorganizada: el sistema inmunológico se deprime, nos enfermamos. Nuestro cuerpo lo resiente.
El desorden exterior es una manifestación del desorden de nuestra psique. Ordenarnos de afuera hacia adentro es una posibilidad interesante.

La sincronicidad es justo la situación en donde todo parece estar ordenado: pienso en tomar un curso de una cierta materia y aparece en el resquicio de mi puerta un folleto anunciándolo. Ahora bien, no debemos atribuir a la causalidad hechos que solo corresponden a la casualidad. Porque ahí puede entrar el autoengaño como un mecanismo para justificar decisiones.

Cuando te decides a merecer sucede que la vida te da.
Cuando te decides a perdonar ocurre que la oportunidad se presenta casi de inmediato.
Cuando te decides a amarte más, encuentras modos que antes ni siquiera imaginabas.
Cuando te decides a servir a los demás a través de tu trabajo, aparecen los medios, las personas, los lugares…
Cuando te decides a mejorar se abren mil posibilidades para hacerlo.
Cuando te decides a vivir una vida significativa se abre el abanico de posibilidades…

Basta con desearlo. Pero ese deseo debe ser auténtico, honrado, producto de la reflexión profunda.

Sí, es así: «Cómo es adentro es afuera y cómo es afuera, es adentro». Basta con observar con detenimiento…

Publicado por Rocio Arocha

Dedico mi vida profesional al psicoanálisis individual y de pareja. Soy docente en las Maestrías en Psicoterapia General y de Niños y Adolescentes en la Asociación Psicoanálitica Mexicana y soy candidata a Doctora por la misma institución.

8 comentarios sobre “Sincronicidad

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