Dicen por ahí que «hasta un reloj descompuesto no falla en dos ocasiones» y esto es cierto. Cuando una persona se apodera de tus emociones, se convierte en la guía de tu estado de ánimo, te hace sentir siempre culpable, te domina y sientes que nunca, hagas lo que hagas, le das gusto, te lo aseguro: es tu relación codependiente.
La codependencia tiene muchos matices y no es fácil de entender. Comienza por que esta persona le atina, al menos dos veces al día, como el reloj descompuesto, en decirte algo que tu crees que es cierto. Por ejemplo te llama «egoísta» y tú te la crees, porque tienes algo de egoísmo igual que cualquier ser humano. O tal vez te dice «indiferente» y tu también te la crees, porque tienes, igual que todos, algunas actitudes indiferentes. Lo que hay que saber es que esa persona es «un reloj descompuesto».
Cada quién con sus problemas psicológicos, pero que no te echen a tí la culpa de las desgracias que esa persona vive. Sí es adicta al alcohol, a otras drogas, a la pobreza, al dolor, a sufrir…déjala con su pena y dale el tiempo y la energía que puedas dar sin detrimento de tu salud emocional y física, muchas personas se construyen sus propios dolores sólo para atrapar a las ingenuas que nos creemos sus discursos.
No permitas que nadie te convenza de que debes participar de su angustia, especialmente si esa angustia es producto de su propio comportamiento.Y, aunque sientas que a veces le atina en sus juicios hacia tu persona, no olvides que «hasta un reloj descompuesto dice la verdad al menos dos veces al día»