Tengo la certeza de que nuestra salud mental puede ser mejor cuando leemos. Leer nos lleva a conocer lugares sin tener que salir de casa, los libros nos muestran las ideas y los sentimientos de otros. Cuando leemos, aprendemos y nos damos cuenta que no somos los únicos que sufrimos.Los personajes de las novelas se enfrentan a situaciones parecidas a las nuestras. Pensemos en el enfermo terminal Ivan Illich y el dolor de la incomprensión que sufre en su proceso leyendo a Tolstoi. Recordemos esa terrible disyuntiva que sufre Anna Karenina entre seguir con su matrimonio o decidir irse con su amante gozando a Dostoievski.
Las aventuras que pasa Rene en «La elegancia del erizo» de Barbery para, como portera de un edificio en Paris, poder leer sin ser molestada. Las vicisitudes que tiene que sufrir Medea en «Huérfanos sin abrigo» de Bárber para, quedando huérfana y siendo ciega de nacimiento construirse un futuro. El anhelo de eternidad de Dorian Grey en la novela del mismo nombre de Wilde. El amor infinito de Juventino en «El amor en los tiempos del cólera» de García Márquez. Las reflexiones de Eduardo Galeano en «Espejos».
No caben aquí los cientos de personajes cuyas vidas me han enseñado, alimentado, entusiasmado, consolado. Tampoco caben las razones que tengo para proponer a mis lectores que lean más. Que dejemos el televisor apagado, que les leamos en voz alta a nuestros hijos si son pequeños, y a nuestros viejos si les falla la vista.
Un libro es siempre un gran amigo: va contigo a donde quieras, es incondicional para ti. Enriquece tu vida, amplía tu mundo, ensancha tus horizontes y tu lenguaje. Incrementa tu inteligencia y tu conversación. Te acompaña siempre.
Sean estas palabras un homenaje a todos los autores a quiénes les estoy tan agradecida por lo que han hecho por mi.
Me gusta el sabor natural y de compañía que le das a la lectura. Estos días he dedicado tiempo y espacio de mi blog a analizar la lectura desde todos los factores posibles.
Que bien se siente leer que alguien más percibe la lectura como yo lo hago. Creo que te leeré seguido, saludos desde México.
Hola Luis: muchas gracias por tu comentario. Entré a tu blog y me encantó. Yo también estoy en México. Un abrazo!! Rocío
Muchísimas gracias! No pensé me fueras a responder! Hago de mi blog la voz que no puedo sacar en la calle, es un tipo de terapia. Yo disfruto tu escritura, espero nos podamos juntar a escribir algún día, vivimos en la misma ciudad, sería una experiencia estupenda. Nos estamos leyendo, saludos.
como siempre mi querida Rocío un deleite y un buen consejo leerte.
Me llevaste a recordar a tantos personajes y lugares que han despertado en mí el deseo de ir ver algunos lugares y otras a guardarlos dentro del maravilloso mundo de la memoria, gracias Rocio.
Elena: que alegría es poder viajar con nuestros recuerdos. Gracias por comentar!! Un abrazo, Rocío