Todos nosotros nos hemos visto en situaciones dolorosas. Unas de ellas fueron realmente buscadas por nosotros, casi siempre, por ignorancia.
Todo tiene un precio y muchas veces no estamos dispuestos a pagar el precio. Por ejemplo, quiero disfrutar del placer de fumar pero no estoy dispuesta a pagar el precio de padecer de enfisema. Entonces, cuando aparece la enfermedad, solemos quejarnos y atribuir a la mala suerte o al destino nuestro sufrimiento. Otro camino es culpar a los otros de nuestro sufrimiento. He escuchado testimonios de madres que dicen: «me tuve que quedar en ese matrimonio infeliz para no quitarte al padre» o «me tuve que casar por tu culpa, porque ya venías en camino» o «no pude estudiar porque me dediqué a criarte». También hay mujeres que dicen al marido infiel: «te di los mejores años de mi vida y me pagas con esta moneda». Todas estas expresiones denotan una incapacidad para asumir nuestra responsabilidad en nuestra historia.
Todo lo que estás viviendo en este momento, te lo buscaste. Aún si no lo asumes. La logoterapia trabaja especialmente con la responsabilidad. Si nos hacemos responsables de nuestras acciones podremos encontrar esa libertad interior que es tan necesaria para tener una buena calidad de vida.