Todos sentimos envidia. No hay «de la buena» ni «de la mala», se llama envidia y ya. Y es un sentimiento de dolor y de enojo por no tener eso que el otro tiene: un coche, un hijo, una pareja, su belleza, su dinero, su talento. Y lo sentimos muchas veces al día.
Duele porque ese otro es un espejo de lo que yo no tengo. Y puede doler mucho.
Enoja porque da coraje enfrentarme con mi carencia. Ni modo.
¿Que hacemos con ese dolor y ese coraje? Siempre tenemos dos caminos:
1. Reconocer mi sentimiento de envidia. Admitir que quiero eso que el otro tiene y comenzar a trabajar en alcanzarlo. En una de esas hasta le pregunto a mi amiga: ¿que hiciste para lograr tener eso? y comienzo a dar los pasos para obtenerlo. En este camino hay muchas posibilidades de crecer y de dejar de sentir esa envidia.
2. Intentar destruir al objeto de mi envidia. Critico a mi amiga, devalúo la posesión del otro, se lo robo, la difamo, la agredo. En este camino no hay ninguna posibilidad de crecimiento, muy al contrario: me enveneno y le hago daño al otro, dejando destrucción en el camino.
Siempre que alguien te agrede, te lo aseguro, te tiene envidia.
Siempre que agredes al otro, te lo aseguro, le tienes envidia.
Sentir envidia es natural, actuar desde la agresión es muy peligroso. Indudablemente, tu decides.
ESTÁ SUPER INTERESANTE MIL GRACIAS POR COMPARTIR SIEMPRE TUS INVALUABLES CONOCIMIENTOS. TE QUIERO TAMBIEN PREGUNTAR A QUE CORREO ME HICISTE FAVOR DE MANDAR LO QUE PLATICAMOS DE LA GRABACION? NO LO ENCUENTRO TENGO DOS CORREOS lyanahenkelnaxica@gmail.com y Lde henkel@aol.com PODRÍAS PORFIS CHECAR ??? TE QUIERO MUCHO LYANA
Lyana De Henkel ldehenkel@aol.com
Lyana:
En este momento te lo envié a estos dos correos, hazme saber si la recibiste. Un abrazo, te quiero Rocío