Es muy común que cuando una mujer no tiene pareja los demás le pregunten (con cara de pena o tristeza): «¿estás sola?» Como si la única posibilidad de estar acompañada fuese cuando tienes pareja.
Yo conozco muchas, pero muchas, mujeres casadas, con novio o pareja que están muy solas.
También conozco muchas mujeres solas que están solas.
Y otras solas acompañadas. Muy acompañadas: de sus hijos, de sus amigas, de sus padres, de sus amigas, de sus intereses, de su trabajo, de sus mascotas, de ellas mismas.
Hay una enorme diferencia entre la soledad y la desolación. Estar desolada es estar «sin sol» o sea, sin ti. Es decir, sentir que te estás traicionando a ti misma. Estar sola es estar «con sol» o sea, queriéndote, cuidándote, creciendo, trabajando en ser mejor persona y disfrutando de la vida.
No tener pareja no significa no ser amada. Tampoco no estar acompañada, ni ser menos, ni inferior, ni incompleta. Yo creo que puede significar alguna de estas opciones:
1. Recién terminaste una relación, queriendo o sin querer (divorcio, viudez, infidelidad) y te estás recuperando. Date al menos 1 año para aprender de la experiencia y prepararte para intentarlo de nuevo.
2. Estás con tu energía en otros lugares: tu trabajo, tus hijos, tus padres, tu vida espiritual…
3. Tienes la firme convicción de no estar en pareja con «cualquiera» sino con alguien que te ame genuinamente y que tu puedas amar así y… no lo conoces aún…pero ya llegará.
4. Te estás boicoteando, castigando, lastimando, lacerando y no buscas pareja pero si la quieres (ve a terapia ya!!!)
En corto: el amor no se recibe sólo de una pareja.
Solas las que no se tienen a ellas mismas: las demás estamos muy acompañadas.