Me han consultado en repetidas ocasiones sobre las causas que llevan a un niño pequeño a ser berrinchudo, insoportable, desobediente, inaguantable. Hacia los dos años los niños están en una etapa de desarrollo en la que necesitan de guía y orientación segura además de un espacio de libertad para poder explorar el mundo de modo protegido. También están midiendo constantemente hasta donde pueden llegar con las personas que los cuidan.
Imagina que llegas a una ciudad grande, desconocida para ti. Tu deseas conocerla y te subes al camión turístico que te llevará por las principales avenidas y te mostrará los monumentos y lugares significativos. Sí el chofer no sabe que hacer y te da indicaciones distintas o incluso te pregunta si toma esa calle o la otra, si se estaciona en un lugar o en el otro, para ti será imposible disfrutar del paisaje y aprender de la experiencia. Si por el contrario el chofer te indica lo que si se puede hacer y lo que no se puede hacer y en adelante hace el recorrido con toda certeza, entonces tú estarás en posibilidades de aprender y de disfrutar del paseo.
Los niños necesitan de una mamá que sepa lo que está haciendo, de una mamá que deje de lado sus pesares y angustias mientras está con él y pueda enseñarle cosas, abrazarlo, contener sus emociones y asegurarle que lo que le está prohibiendo tiene sentido. No a gritos, mucho menos a golpes. Con convicción y amor. Límites claros, específicos y con amor.
Sí tu infancia fue muy dolorosa o tu matrimonio está en crisis tus hijos no tienen la culpa. Tus hijos merecen una infancia tranquila: sólo la vivirán una vez. Trabaja en tu persona, acude a una psicoterapia, lee todo lo que pueda ayudarte para que puedas darles a tus hijos el ambiente más seguro y tranquilo que puedas. Los hijos crecen. Y cuando son mayores reflejarán todo lo que han vivido. Cada acto tuyo derivará en un modo de relacionarse contigo y en su personalidad. es tu responsabilidad. Si tu hijo está insoportable sólo significa una cosa: tú no estás sabiendo educarlo. Sus berrinches son su modo de decirte: «mamá, por favor madura y ayudame a mi a hacerlo».