Ocurre con frecuencia: tu modo de amar a alguien no es lo que esa persona desea. Le caes mal, lo abrumas, insistes en estar cerca y esa persona no lo desea. Sea tu esposo, novio, tu amigo, tu hermano, tu hijo…sea quién sea. Cuando alguien no te quiere: no te quiere.
No podemos ni debemos forzar a nadie a recibir lo que tenemos para darle. Yo creo que es una mala decisión insistir. Lo he hecho y siempre me ha salido mal. El otro, lejos de quererte, deja de sentir respeto por ti.
Así que he llegado a la conclusión de que lo mejor es dejarlo ir. Apartarse, darle espacio. A veces, esa persona reflexiona y regresa. A veces no. Y debemos renunciar a esa persona. Las demás opciones nos desgastan, nos hacen perder dignidad.
Con la conciencia tranquila respecto a lo que hemos hecho, podemos renunciar a ese amor, que no es nuestro.
Y decir adiós, deseándole al otro lo mejor. Tampoco es que seamos su única fuente de cariño. Tendrá muchas otras, en el mejor de los casos. Y debemos entonces destinar nuestra energía a quién si nos quiere y es capaz de valorar nuestro amor. Es bien cierto que «no somos moneditas de oro para caerles bien a todos».
Lo triste es que despues de 20 años se da cuenta que ya no te quiere….
Alberto: si, eso es muy triste pero no puedes dejarte vencer. Recuerda que si alguien te priva de su amor no te priva de tu capacidad de amar. Saludos, Rocío