Cuando estás en soledad, te estás dando la oportunidad de conocerte, de escucharte, de tomar decisiones, de pensar en quién quieres ser. De sentir tu vida.
No hay otro camino para lograr entender quién eres. Y cuando sabes quién eres, puedes saber que quieres y actuar en consecuencia.
A veces nos toca estar solos un rato y a veces más tiempo. Recién después de un divorcio, de una separación. Cuando se van los hijos, cuando aún no ha llegado el hombre o la mujer que será nuestra pareja por un tiempo. Ese tiempo de soledad debe aprovecharse al máximo para que cuando se termine, sea para algo bueno y hayamos aprendido a respetar ese espacio de soledad indispensable para vivir bien.
Estar sola no significa nada malo aunque la cultura así lo considere. A veces se ve como un defecto, como que tienes algo raro y por eso no tienes pareja o más amigas, como que nadie quiere estar contigo. Si te dejas guiar por estos prejuicios absurdos e infundados vas a elegir muy mal con quién estar porque lo harás basada en el miedo y no en lo que de verdad quieres.
Estar en compañía puede ser muy lindo y también suele ser muy complicado. Yo creo que para saber estar en compañía primero se tiene que saber estar solo. Y creo que los prejuicios que se tienen para la soledad no son otra cosa que hipocresía, ignorancia, envidia y miedo. Como pasa con todos los prejuicios.
Excelente reflexión !!!!
Siempre son un gran aprendizaje tus palabras!