Mientras más orden tenemos en nuestras vidas se abren más posibilidades. El desorden nos bloquea, nos hace perder tiempo, nos limita, puede desesperarnos y nos sitúa en lugares emocionales poco productivos.
El orden posibilita. Si no puedo encontrar un documento importante, si no tengo idea de mis deudas, si no he acudido a los exámenes médicos correspondientes a mi edad y circunstancia, si no llevo una agenda y confundo entonces mis compromisos, si no logro ser puntual… estoy aumentando las posibilidades de ser infeliz.
Claro está que ser ordenado no es un escudo contra el dolor. Son embargo, el orden en todas las áreas de nuestra vida nos hace más fácil la vida cotidiana. Si planeo y administro mi tiempo, mis recursos y además tengo metas y objetivos claros sobre lo que deseo lograr aumentan mis posibilidades de alcanzar bienestar.
A mayor orden en cada esfera de nuestra vida, sin duda, mayores posibilidades de bienestar. El orden nos dignifica.
Sin duda… además considero que el orden externo es un reflejo del el orden interno. Gracias Rocío!