Una de las mayores responsabilidades que tenemos es la cuidarnos. Nadie más puede hacerlo por nosotros. Los demás pueden tener muchos gestos de cariño o amor para nosotros -lo que es precioso y debemos agradecer- pero la tarea de cuidarnos es sólo nuestra.
Debemos evitar cualquier situación, persona, sustancia, actividad o pensamiento que nos lastime. Poner una saludable distancia de aquello que nos hace daño. Si otra persona necesita comportarse grosera o abusiva, que lo haga lo más lejos de ti que se pueda.
Cuando provocamos o soportamos el abuso emocional estamos en realidad siendo cómplices del otro. Lo hace porque se lo permitimos. Y esto ocurre en ocasiones porque sentimos que necesitamos mucho del afecto o de la compañía de esa persona sin darnos cuenta que al permitir el maltrato lo estamos fomentando.
Mientras más cuidemos de nosotros y seamos meticulosos en cada elección que hacemos, calculando siempre si eso que vamos a comer, a decir, a hacer, etc. es bueno para nosotros o no, más aumentará nuestro bienestar y menos permitiremos el abuso de los otros. ¡Es nuestra tarea!