Distinguir entre lo que necesitamos y lo que preferimos es fundamental para combatir el consumismo innecesario que tanto daño puede hacernos en lo individual y en lo social. Por citar un ejemplo, necesitamos ropa para cubrirnos y podemos preferir que sea de cierta marca por la razón que sea.
Cuando podemos detenernos a pensar y nos atrevemos a preguntarnos: ¿Porqué creo que necesito x marca? la respuesta suele ser reveladora. Quizá creemos que algo externo puede darnos identidad. Nada más lejos de la realidad.
Si creo que por usar esa marca voy a ser más popular, o querido, o atractivo puedo entonces admitir que NO lo necesito pero que SI lo prefiero.
Nadie necesita usar un bolso de determinada marca que salga del presupuesto solo por llevar unas iniciales que le griten a los demás cuanto invertí en el mismo. Mientras más consumimos estamos contaminando más, acabándonos a nuestro planeta.
Menos es más. Revisa bien tu armario: puede ser que no sea necesario comprar tantas cosas. Administra tu dinero de modo inteligente. Piensa bien sí necesitas o si prefieres algo y porque. Usar las cosas, reciclarlas, remendarlas y cuidarlas puede hacer una diferencia sustancial. Debemos fomentar la sencillez, el orden y no la pretensión ambiciosa y absurda de creer que por usar determinada marca seremos mejores. Evitemos caer en la gran trampa del consumismo.