Cuando sabes que posees todo lo que necesitas para hacer algo valioso con tu tiempo y logras experimentar alegría estás viviendo en la abundancia.
Si tu atención está orientada a todo lo que si tienes y logras agradecerlo estás viviendo en la abundancia.
Cuando logras dejar de preocuparte por aquellas situaciones que están fuera de tu control y te ocupas de lo que si puedes cambiar, estás experimentando la abundancia.
Las cosas existen cuando les ponemos atención.
Algunas creencias que nos limitan para experimentar la abundancia son:
1. Si tu me amaras, yo no tendría que pedirte lo que necesito. Esto es una reverenda tontería. El otro puede amarte pero eso no le da la capacidad de leer tu mente y adivinar tus necesidades.
2. Mi éxito va a despojar a alguien. Otra tontería. Tu éxito contagiará a otros que están en tu camino. Tu éxito alegrará a quiénes te quieran. Tu éxito puede ser una gran fuente de inspiración para otros.
3. Si recibo lo que quiero algo malo me puede ocurrir. Esta es una superstición sin ningún fundamento y sólo nos limita. Hay situaciones muy afortunadas y otras no. Lo más inteligente es fijar la atención en todo lo que si tengo, todo lo que si puedo y aceptar con valentía y hasta heroísmo, si es necesario, aquello que no puedo cambiar. Eso es experimentar la abundancia.