Cada uno de nosotros somos responsables de cuidarnos. Puede ser que tengas cerca de ti a personas que te quieran mucho, que te amen, a las que les importes en verdad y de todos modos sigues siento tu el único responsable de cuidarte.
Los demás pueden orientarnos, acompañarnos, incluso compartir mucho con nosotros pero en definitiva no pueden ser responsables de cuidarnos.
Cuidarte significa una tarea muy delicada: saber que le hace bien a tu cuerpo y que lo daña. Procurarte el descanso adecuado.
Cuidar tu equilibrio emocional: reconocer lo que no es beneficioso para ti es fundamental. Ciertas conversaciones, ciertos escenarios, ciertas imágenes, actitudes, respuestas a lo que ocurre, relaciones con determinadas pueden resultar perjudiciales.
Decir algo o callarlo. Gastar un dinero en algo o no. Resolver a tiempo pendientes, ordenar tu agenda y decidir si debes comprometerte o no a las múltiples invitaciones que la vida puede hacerte.
Nadie puede conocerte mejor que tu. Nadie, por mucho que te quiera, puede hacerse cargo de tus necesidades afectivas.
Sólo tu. Si te cuidas, tendrás fortaleza y herramientas para enfrentar a la vida y no tendrás que recargarte en nadie. Si te descuidas, pagarás un precio por ello y además te convertirás en una carga para los demás.