La sobreprotección es una forma de agresión: en el fondo es decirle a nuestro hijo que no confiamos en sus capacidades para resolver sus conflictos y lograr una verdadera autonomía. Recordemos que el logro de la parentalidad es que los hijos logren ser independientes y hacerse cargo de sus propias necesidades.
Es muy lindo sentir que somos indispensables, es muy gratificante saber que somos necesarios, útiles, importantes. Cuando surge la sensación de «nadie me necesita» podemos sentir tristeza, angustia, ansiedad, incluso depresión. Pero la verdad es que nadie somos indispensables e incluso que en ocasiones nos convertimos en un estorbo para el desarrollo de un hijo adulto.
Es necesario reflexionar mucho sobre los motivos que nos hacen sobre proteger a un hijo e impedir su crecimiento: ¿culpa, miedo al conflicto, temor a que no nos quiera?. El peligro grave es que ese hijo no desarrolle sus potenciales por estar demasiado cómodo, por no necesitar hacerlo.
¿Será que no queremos renunciar a ser tan importantes para alguien?
Estimada Miss:
Como siempre al punto y actualidad y sobre todo cuando los hijos están en proceso de Divorcio y quedmos en dar apoyo moral, pero no intervenir y que tomen su decisión .
Con afecto de siempre .
Raúl
Hola, muy interesante y verdadero, creo que yo fui asi por que mi hijo a estado enfermo desde que nacio, y ha tenido muchas carencias de todo tipo empezando por el padre, aunque contrario a todo, yo le motivo a volar aunque me duela, a que haga una familia, ahora el vive en otra ciudad y yo vivo sola en otra.
Has sido muy valiente y buena Silvia, gracias por escribirme y disculpa que me haya tardado tanto en responderte. Un abrazo