Solemos atribuir a la desgracia muchas de las situaciones desagradables que nos ocurren. Es más fácil culpar al otro de lo mal que me ha ido, y ese otro suele ser la madre, el padre, un hermano, un jefe, el esposo, la esposa, un mal amigo, un hijo o un otro más anónimo como elSigue leyendo «Causa y efecto»