Me encontré con este letrero pintado a mano en un carreta de fruta: «la vida es dura pero dura poco» y me hizo pensar en que tiene su parte de verdad. Que dura poco, sin duda. Que por tanto debemos hacer lo imposible por disfrutarla, aprovecharla, dar lo mejor de nosotros mismos y valorar todo lo bueno que tiene.
Es cierto que a veces es dura. En los momentos en los que sufrimos pérdidas, en los que se nos complican las cosas, en los que nos sentimos desorientados: la vida es dura.
Pero también es cierto que son más los momentos buenos, y que la vida tiene para todos nosotros regalos maravillosos: en principio estar vivos. Tener personas a quiénes amar. Tener salud, poder sentir la brisa del mar, el cálido abrazo del sol. Poder ver y apreciar el arte, la belleza, la risa de un niño, las palabras de amistad. Disfrutar de los olores, de los sabores, del cansancio después de un día de trabajo. Ser libres y tomar decisiones conscientes que nos lleven cada día a una mejor vida.
Si sabemos elegir, si pensamos más antes de actuar, si reflexionamos en todo lo bueno que si tenemos, la vida deja de ser dura y de todos modos, dura poco. Hagamos un alto y reconozcamos lo bello que tiene la vida. Mientras más seamos capaces de agradecer lo bueno, menos dura será la vida. Y de todos modos, es cierto, dura poco.
Excelente reflexión. De eso se trata vivir la vida, disfrutar los momentos, agradecer cada día.
Vilma un saludo y un abrazo, Rocío