Celebrar un cumpleaños: celebrar la vida

El día del cumpleaños es el modo que hemos encontrado los humanos de llevar la cuenta de los años que hemos estado en éste mundo. Nadie de nosotros sabemos cuántos años más estaremos por aquí pero sí sabemos que nuestro tiempo está limitado.Celebrar el cumpleaños es celebrar la vida: es decir sí a la vida, y en mi opinión, es una oportunidad para reflexionar sobre el sentido de nuestra existencia. Es también la oportunidad para renovar nuestros compromisos personales. Es darnos cuenta de que tenemos la libertad para decidir cada acción, cada actitud, cada movimiento que daremos para ser absolutamente responsables de nuestra historia.

Celebrar la vida es agradecer por cada instante, por estar viva, por estar rodeada de personas que inspiran un inmenso amor, por tener el privilegio de acceder a conocimientos, a libros, a personas que con su modo de estar en el mundo enriquecen nuestro viaje. Celebrar la vida es abrazar, amar, sonreír, vivir con calma, vivir a plenitud cada instante y compartir nuestra interpretación del mundo. También es confiar en el orden del Universo, que nos asegura que cada evento y cada encuentro está diseñado con perfección para nuestro crecimiento.

Soltar y empezar de nuevo

Nunca es tarde para soltar y empezar de nuevo.  Cada día nos ofrece la maravillosa oportunidad de volver a empezar y construirnos una vida mejor. Para esto, es indispensable soltar. Dejar ir todo lo que no es importante, todo lo que ya no nos sirve, lo que nos estorba, lo que representa un obstáculo para nuestro desarrollo.

Decidete hoy a dejar ir:

1. Las viejas creencias que adoptaste en la infancia y juventud basadas en ideas de otros y en experiencias negativas: esas creencias que te dicen que «tu no mereces» o «tu no puedes» o «lo bueno de la vida no es para ti»

2. Las personas que NO te quieren, no te aceptan, te manipulan, te controlan, te dominan, te agreden o te ofenden. No les más espacio en tu vida, en tu mente, en tu corazón. Quién te quiere te acepta y procura tu crecimiento. No permitas que nadie te ofenda, que nadie condicione su amor hacia ti: «tienes que cambiar esto o lo otro para que yo te quiera». Déjalas ir. No te aferres a nadie que no desee estar contigo, es la agresión más grande que puedes hacerte.

3. Los rencores, enojos, corajes hacia los otros. Seguro te han lastimado en el pasado. Seguro que alguien abusó de tu confianza, de tu cariño, de tu nobleza, de tu ingenuidad o de tu falta de experiencia. Que cada quién cargue con lo suyo. Tu perdona, utiliza el olvido espiritual que es la decisión de olvidar las malas experiencias. Perdonar es el mejor regalo que puedes hacerte a tí mismo.

4. Los hábitos malsanos: fumar, comer de más, postergar los asuntos importantes, gastar lo innecesario, poner malas caras, criticar, albergar pensamientos negativos, estar con personas tóxicas.

5. En serio, en serio: reconoce que es lo importante en tu vida, quiénes son las personas más queridas, el trabajo más amado, tu salud, tu inversión en amar y ser generoso de espíritu. Cuida lo importante. Lo demás, todo lo demás, déjalo ir.

Tejer redes de apoyo

Vivir una buena vida es un arte. Hay que conocer algunos secretos que nos pueden facilitar y enriquecer mucho el camino. Hoy escribo aquí sobre la construcción de redes de apoyo. Estas redes son aquellas personas que cuando nos sentimos caer nos sostienen. Son las personas que en verdad están contigo y que te apoyan incondicionalmente. Son las personas que te aceptan así, tal cómo eres, y que no necesitan que tu cambies para poder quererte.

Es nuestra responsabilidad tejer estas redes de apoyo. ¿Cómo?, he aquí algunas guías:

1. Cuando conozcas a una persona que consideres valiosa, que te despierte admiración, que te guste estar con ella, identificala. Reconoce su valor. Acércate a ella, con calma pero con pasos firmes. Registra en tu corazón sus cualidades y asegúrate de no perderla de vista pero no abrumes a nadie. Las relaciones requieren de mucho tiempo para construirse, este primer paso es sólo identificar.

2. Una vez que has identificado a la persona valiosa, no desperdicies ninguna oportunidad: cuando la veas alégrate, aprende de ella, acércate sin invadir su espacio, dile que te gusta su modo de ser.

3. Se atenta y amable. Sí llegara a necesitarte, ofrece tu ayuda responsable. Para tener una buena amiga primero hay que saber ser una buena amiga. Se siempre honesta, honrada, íntegra, no prometas nada que no puedas cumplir.

4. Sé tu un apoyo para otros. Una mujer es una verdadera mujer cuando puede ser madre primero para sí misma y luego para otros. Esto significa que primero tu te cuides a tí misma, que no busques recargarte en nadie, que nadie se haga cargo de tí y que a la vez sepas pedir ayuda y ofrecerla.

Nunca sabes cuando puedes necesitar de alguien. ¿Te cuento un secreto? Yo sé quiénes son parte de mi red de apoyo cuando al contarles un proyecto nuevo recibo comentarios de entusiasmo, de motivación. Ese: tú puedes. Ese: que buena idea. Ese: eres maravillosa y lo vas a lograr.

Es tú responsabilidad tejer tus propias redes de apoyo. No te arrepentirás. Lo más valioso de la vida son las personas que amamos y que nos aman. Trabaja cada día en ello. Te lo recomiendo.

 

Lo que el dinero no puede comprar

La ambición por conseguir más y más dinero es una de las consignas de los tiempos que vivimos. La creencia de que sí tengo más voy a ser mejor, más feliz o simplemente más querido, prevalece entre muchos miembros de nuestra sociedad.

Así, por tener más dinero las personas trabajan demasiadas horas y dejan de convivir con sus seres queridos y se van alejando de ellos hasta que les son desconocidos. Otros, cometen delitos y fraudes que eventualmente son perseguidos y llegan a la cárcel o a sufrir otro tipo de graves consecuencias. Otros más se traicionan a sí mismos,  a sus padres, a sus hijos: se pierden, se venden.

Lo que nos hace falta es darnos cuenta de que aún no hay una tienda que expenda paz. No se vende la unión con los que amamos, no es posible comprar amistad, cariño sincero, compromiso solidario. El amor verdadero, el sentimiento del esfuerzo, del logro obtenido por vías legales, de satisfacción por el bien cumplido, no, todo eso no está en venta. Lo que se puede comprar vale eso: dinero. Lo que no es posible adquirir ni con todo el oro del mundo vale eso y más, o, por decirlo más atinadamente, no es posible de ser valuado.

¿Cuánto vale tu dignidad? ¿Y tu paz? ¿Y la felicidad de saber que tus amigas te quieren mucho, de verdad, por ser tu? ¿Y el gusto de recibir unas flores de una persona sincera? ¿Y el reconocimiento de unos hijos?

¿Habrá alguna pastilla que cure el sentimiento de haber actuado mal? ¿Cuánto costará?

 

A los padres

Hoy se celebra el día del padre. Y me encuentro en la necesidad de escribirles a esos padres que se están estrenando en esta labor, y también a los que ya llevan muchos años en esto, y a aquellos que se han ido.

La importancia de la figura paterna es fundamental en el desarrollo de hijas y de hijos. El padre nos da seguridad, apoyo, fuerza. El padre nos protege y nos enseña cómo es el mundo del trabajo, del dinero, del estudio, de la ley. El padre debe proteger a la madre, especialmente en el periodo en el que los hijos son muy pequeños, para que ella se sienta suficientemente contenida para darles su amor y su seguridad.

Nadie puede prescindir del amor y el apoyo de su padre. Algunos de nosotros no lo conocimos, otros más han sido abandonados por él, incluso maltratados. Otros han tenido la fortuna de gozar de un maravilloso padre. Hoy hago un homenaje a todos los padres: los que pudieron ser y los que no. Los vivos y los muertos,  los presentes y los ausentes.

Felicito especialmente a los que son conscientes de su importante labor, los que han sabido proteger y apoyar a las madres de sus hijos y a sus hijos. Los que han jugado con sus niños y les enseñan a andar en bicicleta. Todos esos padres afectivos, amorosos, generosos, son sabios y sin duda recogerán una maravillosa cosecha.

 

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