Demasiado tarde

No permitas que sea demasiado tarde para apreciar una relación en tu vida. Las personas valiosas que nos hemos encontrado en el camino merecen ser reconocidas como tales y debemos cuidarlas, ser amables, expresarles de muchos modos nuestro afecto, compartir momentos. Si damos por sentado que estarán siempre ahí es muy probable que estemos cometiendo un grave e irreparable error.

Si lastimamos a una persona querida gravemente no hay posibilidad de reparar. Lo dicho permanece. Podemos recapacitar, aceptar nuestro error y pedir perdón. Pero esa herida dejará una cicatriz. Hay un límite, una frontera que no debe cruzarse. Si se hace, puede ser que sea demasiado tarde para recuperar la relación.

No permitas que se haga tarde: cuida hoy lo que tienes. Tu salud, tus amigas, tus amigos, tu pareja, tus seres amados, tu trabajo, todas tus relaciones.

No dejes que un día te lamentes porque sea demasiado tarde para vivir. No esperes a lograr algo para disfrutar de tu vida. Lo que tienes hoy es suficiente para hacer una buena vida. El paso del tiempo es inexorable, el día que hoy termina no regresará jamás. No desperdicies tu tiempo con quién no te aprecie o lamentándote por lo que no tienes.

Elegir pensando

En esta temporada, debemos hacer elecciones respecto a con quien celebrar, que regalar, a que fiesta asistir, y especialmente con que actitud vamos a vivir la cena o comida Navideña.

Esto es en el mejor de los casos. Hay personas que no tienen siquiera la oportunidad de elegir.

Los que si la tenemos, debemos ser especialmente responsables: si vamos a acudir a alguna reunión, hagámoslo pensando: ¿quiero estar con esas personas? ¿qué actitud tendré ante el tránsito, los pequeños detalles, lo que escuche y lo que diga?.

Si vamos a regalar también debe ser una elección pensada: no gastes lo que no tienes, compra en donde ayudes más, no des si no puedes.

Si recibes regalos: agradece con el corazón ya que la persona que lo da usó tiempo, dinero, energía y especialmente amor.

Si tienes familia con quién celebrar: agradece que tienes familia, que puedes tener acceso a buena comida, que tienes mucho más que muchos y procura darle importancia a lo importante. Los pequeños desacuerdos no deben convertirse en grandes obstáculos para ser conscientes del privilegio de estar vivos y tener a quién amar.

Basureros emocionales

En una casa, cada día se genera basura: es inevitable. Si se tienen contenedores, trituradores, ceniceros, botes diversos o mejor aún una composta entonces hay modo de dejar ir y hasta convertir en algo positivo esa basura cotidiana que proviene de empaques, de cáscaras de frutas, de sobras de comida (espero que no desperdicies comida) y de otros lugares. Imagina ahora que no hay donde depositarla o reciclarla: el cúmulo de basura sería tal que llegaría el momento en que sería imposible vivir en esa casa.

En una persona, a diario se genera «basura emocional»: el coraje, el odio, la envidia, la tristeza, el miedo, la indolencia, la pereza, el resentimiento, la impaciencia. si se tienen contenedores, amigos, terapeutas, grupos de apoyo, meditación, ejercicio, es decir, lugares para reciclar, acomodar, ordenar, entender estas «basuras emocionales» es posible seguir viviendo. A veces no se tienen y ¿que hacemos? utilizamos como basurero a la primera persona que se ofrezca. Tu pareja, tu hijo que no puede defenderse, tus padres, tus hermanos y si, hasta a tus amigos.

Uno no debe aceptar la «basura emocional» de nadie. Apenas podemos con la nuestra. Así que si llega alguien de tu familia o de tu comunidad a gritar, insultar, devaluarte, ofenderte, despreciarte, humillarte, envidiarte, chantajearte o manipularte: recuerda que esa persona te está viendo cara de basurero. Devuélvele su basura.  Si un vecino echa su basura en tu patio, te recomiendo mucho llamarlo y decirle: «se le cayó esto por error, aquí se lo devuelvo».

Recicla tu basura. Y, de preferencia, genera la menos posible. Y que cada quién se ocupe de la suya.

Sembrar cada día

Cada nuevo día es una oportunidad para sembrar. A cada momento estamos construyendo nuestro futuro. A cada instante estamos haciendo elecciones que tendrán repercusión posterior y ningún acto es inocuo. Ninguna palabra es estéril.

Debemos ser meticulosos en nuestras decisiones: el poder más importante que tenemos es el del trato que damos a los demás. Cuando somos amables, honestos, íntegros, generosos con nuestro tiempo y nuestro cariño estamos creando protección existencial. Cada encuentro con otra persona es una valiosa oportunidad para vincularnos desde el respeto y el interés en descifrar el enigma, maravilloso, de su corazón.

Hagamos que nuestra vida sea deslumbrante: intensa, buena. Así los avatares de la vida serán menos dolorosos porque estaremos acompañados. La agresión genera violencia. La agresión paga muy mal: le haces daño al otro y a ti mismo. La paciencia y la comprensión generan gratitud.

Reflexionemos para entender que cada uno de nosotros estamos hoy viviendo las consecuencias de nuestras elecciones pasadas y tomemos a partir de ahora mejores decisiones que nos lleven siempre a vivir lo mejor posible: que podamos mirar atrás con la certeza de haber puesto en cada acción, lo mejor de nosotros mismos.

Un poco más de amor

Casi no hay conflicto en las relaciones que no pueda resolverse con un poco más de amor.

Es hijo adolescente que se comporta silencioso con su padre está necesitando un poco más de amor.

Ese hombre que está cansado de pagar deudas y de trabajar tanto y tal vez se siente poco apoyado está necesitando un poco más de amor.

Es mujer que ve con tristeza que está envejeciendo y que aparentemente su familia la necesita menos está necesitando un poco más de amor.

Ese niño que moja la cama, esa niña que hace berrinches, ese niño que no puede con la escuela, esa niña que está engordando…necesitan un poco más de amor.

Esa persona enferma que está asustada está necesitando un poco más de amor.

¿Porqué no decidirnos a dar, cada día, con intención, un poco más de amor? Estoy segura que alguien cerca de ti lo está necesitando. Tal vez justamente la persona que no lo pide. Tal vez seas tu misma y puedes darte un poco más de amor si te criticas menos, te cuidas más, te torturas menos con tus culpas y te felicitas más por tus logros.

Todos estamos necesitando un poco más de amor.

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar