Muchos de nosotros no sabemos poner a la salud como una prioridad y la dejamos como un pendiente para después…primero el trabajo, los hijos o el otro. Al final: yo.
Muchos de nosotros somos súper amables, serviciales, dispuestos a dar por el otro, robándole tiempo a nuestro descanso, a nuestro entretenimiento, a nuestras necesidades…primero ayudar, quedar bien, servir, rescatar al otro. Al último: yo.
Muchos de nosotros dejamos de hacernos caso, de escuchar las señales de nuestro cuerpo, de escuchar la voz de la intuición que nos dice por donde no…escuchamos al otro o hacemos lo que no queremos para que el otro nos aprecie, se quede a nuestro lado… primero el otro, luego yo.
Muchos de nosotros le damos nuestro tiempo a personas que no nos valoran, a actividades que no nos nutren, a causas que ni siquiera nos convencen…cuando el tiempo es el único recurso no renovable que tenemos. Nuestro tiempo es nuestra vida.