¿Vives con un vampiro?

Los vampiros emocionales son aquellas personas que sólo quitan pero nunca dan. Te piden, te exigen, te demandan, te reclaman. Que si no llegaste cuando ellos querían, que si no eres suficientemente buena hagas lo que hagas. Habitualmente los mantienes porque no generan ni un peso y lo que tu des no basta. Siempre, siempre quedas mal.

Los vampiros viven de los otros y además son insaciables. Hacen mucho daño.

¿Porqué se los permitimos?

  1. Para sentirnos importantes porque alguien depende de nosotros
  2. Por culpa al no poder tolerar que estén incapacitados
  3. Por obedecer instrucciones de nuestros padres: una madre que te ha encargado que cuides a tu hermana, por ejemplo
  4. Por que en ocasiones es más fácil quejarse del otro que detenernos a reconocer nuestros errores, nuestra incapacidad para poner límites
  5. Porque al vivir la vida del otro y corregirlo y sugerirle que cambie puedo dejar de pensar en mis carencias y frustraciones

Recuerda que no podemos vivir la vida de otra persona, si lo intentamos hacer, nos convertimos en codependientes y la otra persona se convierte en tirano.

Recuerda que cada queja tuya es la evidencia de tu incapacidad para defenderte, para protegerte, para poner límites.

No permitas que nadie te maltrate y no maltrates a nadie. Si le dejas al otro vivir su vida y tu te haces cargo de la tuya, tu y esa otra persona tendrán la oportunidad de crecer.

El poder está en ti

El poder para construir tu vida está en ti. No en tu suerte, ni en tu dinero, ni en tu belleza, ni en el destino. Sólo reside en ti. De lo que decidas a cada momento se irá delineando tu futuro. Cada decisión es importante. Nada se queda en el vacío. He aquí 10 sugerencias que, de seguirlas, mejorarán tu vida:

  1. Piensa antes de actuar. Piensa antes de hablar.
  2. Cuida de ser amable con todas las personas.
  3. Di la verdad, siempre.
  4. Reconoce tus errores e intenta no volver a cometerlos.
  5. Cuida a tu cuerpo.
  6. Cuida tus relaciones, especialmente las más importantes que son tus seres más queridos: convive, comparte, no los ofendas ni los agredas nunca.
  7. Fija tus límites para ser respetada. No se puede respetar a quién no se respeta a sí mismo.
  8. Se cuidadosa en cada acción. Pon atención a cada acción dando lo mejor de tu persona.
  9. No estés escribiendo mensajes o consultando tu teléfono o llamando cuando estés interactuando con otra persona. Es una grosería.
  10. Recuerda que de cada elección hay una consecuencia. Elige pensando, elige lo más informada e inteligente que puedas.

Tres obstáculos para crecer

Crecer y ser mejores personas requiere superar tres obstáculos en relación a los demás. Estos obstáculos son tendencias que no debemos permitir que nos dominen.

  1. Ponerse en el centro de atención. Creer que lo que los demás hacen y dicen es dirigido para nosotros. Es tomarse todo personal. Es olvidar que la mayoría de las veces lo que los otros hacen, dejan de hacer, no va con dedicatoria. Cada uno tiene sus motivos para actuar y no podemos adivinar cuales son.
  2. Compararse con los demás. De las comparaciones surgen sentimientos muy negativos: envidia por que los otros tienen más que uno, o son mejores en algo. La envidia es natural pero debe servir sólo como una guía para reconocer en que nos falta mejorar y nunca para desearle un daño al otro.
  3. Considerarse superior a los demás. Si tienes esta tendencia, te harás mucho daño. Puede que sepas más que otro o tengas más de alguna cosa que otros pero esto no te hace superior. Esto te responsabiliza con respecto a ellos. Si tienes un privilegio, debes compartirlo, donarlo al mundo, ayudar.

Soledad

Cuando estás en  soledad, te estás dando la oportunidad de conocerte, de escucharte, de tomar decisiones, de pensar en quién quieres ser. De sentir tu vida.

No hay otro camino para lograr entender quién eres. Y cuando sabes quién eres, puedes saber que quieres y actuar en consecuencia.

A veces nos toca estar solos un rato y a veces más tiempo. Recién después de un divorcio, de una separación. Cuando se van los hijos, cuando aún no ha llegado el hombre o la mujer que será nuestra pareja por un tiempo. Ese tiempo de soledad debe aprovecharse al máximo para que cuando se termine, sea para algo bueno y hayamos aprendido a respetar ese espacio de soledad indispensable para vivir bien.

Estar sola no significa nada malo aunque la cultura así lo considere. A veces se ve como un defecto, como que tienes algo raro y por eso no tienes pareja o más amigas, como que nadie quiere estar contigo. Si te dejas guiar por estos prejuicios absurdos e infundados vas a elegir muy mal con quién estar porque lo harás basada en el miedo y no en lo que de verdad quieres.

Estar en compañía puede ser muy lindo y también suele ser muy complicado. Yo creo que para saber estar en compañía primero se tiene que saber estar solo. Y creo que los prejuicios que se tienen para la soledad no son otra cosa que hipocresía, ignorancia, envidia y miedo. Como pasa con todos los prejuicios.

Aprender a vivir

Vivir es un arte y como ocurre con todo arte, hay reglas que nos permiten aprender a hacerlo. Yo creo que algunos son verdadedos artistas del vivir. Y otros, menos avezados, somos meros artesanos. Pienso en alguna artesanía: una blusa bordada a mano, un jarrón de talavera, un rebozo tejido. Quién logra hacerlo bonito necesariamente ha tenido que entender como manejar los materiales, ha practicado día con día, ha preguntado a los que saben más, ha imitado a los que lo hacen bien, se ha equivocado y ha tenido que comenzar de nuevo. Seguro ha tenido que reparar, descansar del trabajo, dejarlo un ratito de lado y ha desarrollado disciplina para poder construir algo bello.

Cada día es una oportunidad para aprender a vivir. Lo bueno es que existe el terrón de azúcar de Cortázar, el tiempo recobrado de Proust, el invento de la soledad de Auster, el Balzac de Zweig y el estoico de Pessoa. Lo bueno es que hay un Galeano, una Sontag, un Freud. Lo mejor es que hay maestros que nos ayudan a entender.

Lo bueno es que existe el sentimiento que nos dice cuando dejar de hacer algo, cuando retirarnos, cuando seguir, cuando cambiar, cuando pedir perdón y cuando decir te quiero. Lo bueno es que existen las lágrimas y los abrazos y la ternura y los besos.  Lo bueno es que existe la soledad para poder reflexionar y la compañía para saber quiénes somos. Lo mejor es que existe el amor. Lo más importante es el amor.

Lo bueno es que hay animales, perros, gatos, mariposas, catarinas, abejas, tiburones, leones, tortugas. Lo bueno es que hay flores, árboles, nubes, música, el cine, la literatura, el psicoanálisis.  Lo mejor es que hay amigas, alumnas, hermanas, hermanos, hijos, padres, madres, sobrinas, amigas-alumnas, personas maravillosas. Lo más preciado es saber que amas y eres amada. Lo más importante son las personas.

Lo bueno es que a diario tenemos oportunidad para recomenzar, para arreglar, para corregirnos, para perdonarnos, para ser menos dependientes y más fuertes, para ser menos agresivas y más amables, para juzgar menos y reconocer más nuestros errores, para leer y para aprender. Lo más importante es saber relacionarnos con las personas. Lo mejor es que mientras haya vida, hay posibilidad de aprender a vivir.

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